viernes, 2 de mayo de 2008

El Griot

EL GRIOT


“Podrás saber la procedencia de una persona por el lenguaje en que llora “
(Proverbio mende)




Cansina, en su canción, el alma errante
arropa con sus huesos y su sangre
el infortunio por haber nacido.

La vida entre la muerte es la rutina,
allí donde la lengua se hizo lluvia,
tejiendo su sonido las estrellas.

Las húmedas cortinas y arco iris
de cantos plañideros y risueños,
sumergidas en charcos y aguaceros,
bajo bustos de arena en azul frío,
acuchillan la noche con su hielo
en la frontera muda de la muerte,
renaciendo en la boca de los vivos.
Sus bellezas inundan desde siempre la imaginación de los niños.
Leones de espesa melena sesteando en la sabana, cuando la lluvia es propicia y las piezas de caza no escasean. Avanzan famélicos, inmersos en la sequía que cuartea el barro reseco de lo que, por un tiempo, fueron enormes extensiones de alta hierba y que, ahora, se pierden, ocres, en el horizonte, tras la telilla vibrátil y transparente que exhala el calor de la tierra.

Animales desaparecidos de Europa hace milenios, allí se rebozan en el barro, resoplan en el agua o pasean el cuerno afrodisíaco y mortal, entre extrañas jirafas, hienas que ríen, cebras en blanco y negro y mandriles de presencia fiera y poderosos colmillos.
Una enorme reserva fragmentada en cientos de piezas de puzzle, repartidas y acotadas por todo el continente.

Es la imagen que se nos ofrece en la televisión, repetida hasta la saciedad.
Una belleza que, ciertos viajeros, disfrutan sin incomodidades. Desde que abandonan el aire acondicionado del hotel, pasando por el vehículo climatizado, hasta que se les deposita de nuevo en el punto de partida, con la temperatura adecuada.

En ningún momento se exponen a los rigores de África

Si es la prensa quien nos acerca África, la noticia contiene de forma invariable la tragedia.

Si la noticia ocupa una página entera, el conflicto o la hambruna han de ser severos.

jueves, 24 de abril de 2008

Puerta de sueños


Sanguijuelas se arrastran en la raíz del sueño.

Viejas como la sed de tu desierto.

Tu gran montaña, verde y blanca, da luz a mi impaciencia.

Sábanas de jacintos, tendidas en el río, inundan el Océano.

Prendidos en las algas, caerán como perlas, sus pétalos enfermos.

El delfín morirá de tristeza, cuando sean mecidos por las olas y no puedan sentirlas.

Su fúnebre sonido quebrará la soledad de tus costas del norte.

Los agrestes barrancos oirán el susurro, lamiendo suavemente las cumbres de tu Atlas

para morir, ahogado, en un gran mar de arena.

luciérnaga

LUCIÉRNAGA



África, enorme corazón varado y deformado
en el centro mismo de la esfera terrestre.

Está muy cerca, casi besando Europa,
pero su lejanía es infinita;
estrella que se enciende y apaga
en el profundo y oscuro firmamento .

miércoles, 23 de abril de 2008

DE HERAT al ARA contra la guerra

ÁFRICA
EN LA PIEL

A ti me acerqué por primera vez hace ya mucho tiempo, cuando en mi mentón no nacía, aún, pelusa. A través del Cairo, Luxor, Alejandría, Trípoli, Túnez y Argel, empecé a conocerte, Continente.
Sé que, lo compacto de tu perfil y la redondez de tus formas, contiene una variedad interminable de paisajes y de gentes. Es un sueño abarcarlo por entero, un imposible que, además, seguimos viendo crecer en su música y en su literatura.

El momento exacto en que percibí tu magia fue, quizás, cuando ví conversar a aquellos ancianos apaciblemente en la plaza Taharir, con los pies en la acera, a dos palmos del tráfico incesante que les "ventilaba " con el polvo y los gases. Su manera de ignorar aquello me sedujo. Ellos hablaban entre sí, se comunicaban por encima de toda bocina, de todo frenazo, de todo improperio que, el más vocinglero taxista pudiera proferir.

Fueron las moscas en aquellos rostros infantiles, sonrientes y francos, como una luna llena que nos regalase un gesto.

El amor por algo siempre contiene un alguien dentro.

Lo que allí veo es un alma, rota a pedazos. Cientos de millones de seres expectantes. ¿Qué es su lugar? ¿Un depósito inagotable de pobreza? Su riqueza reside en ellos mismos y este espejismo de Europa ¿qué les está ofreciendo?
¿Un mundo ya caduco que sigue requiriendo esclavos y mano de obra barata?
¿Un paraíso perdido que engulle la juventud más esperanzada y desesperada?

El 21 de octubre de 2003 se supo de una más de las tragedias en el largo historial de las migraciones de África hacia Europa, frente a la isla de Lampedusa. Es uno de tantos espeluznantes episodios.
La gran “Balsa de la Medusa” a la deriva en la que, sobre una gran alfombra de cadáveres, yacían los pocos supervivientes del horror, flotando, perdidos en ninguna parte.
Solo un episodio más, del periplo constante, que arroja a nuestras costas tantos y tantos cadáveres y tanta esperanza de un futuro mejor y más digno.

Umoya - Página sobre África